Historia
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Tulcán. - Hace cinco años, Yulitza Sequera llegó a Ecuador desde su natal Venezuela. El cambio no fue fácil, el recorrido de su viaje, menos; pero ella se enfoca siempre en el lado bueno de las cosas. Lo primero que destaca es que, desde su arribo al país, recibió el acompañamiento de varias instituciones entre ellas, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).  

Sobre esta parte de su camino, relata: “Comencé a integrarme en los grupos de mujeres, el primero fue el de violencia basada en género. Ahí empezaron a darnos tips y nos enteramos de un montón de cosas que nosotros pensábamos que no existían. Eso me hizo tener una red de apoyo incomparable”.  

Ya instalada en Tulcán, y con su experiencia como catalizador principal, Yulitza empezó a informar voluntariamente a la población migrante que llegaba a Ecuador.  

“Me nació, al ver a las personas que estaban así, como cuando yo llegué, que no sabía para dónde ir, ni dónde encontrar un arriendo. Yo los direccionaba al comedor, a salud, a educación, cualquier detallito que tenía”, cuenta.  

Fotografía: IOM Astrid Paz 2023

Actualmente, Yulitza, al ya estar regularizada, ha podido trabajar como consultora en la OIM brindando información a personas migrantes sobre el acceso a la salud en el país. “Todos podemos ser líderes, todos tenemos esa capacidad”, apunta.  

Y añade: “Quiero seguir capacitándome, aprendiendo”.  

Finalmente, Yulitza comparte la fórmula de vida que a ella le ha funcionado, la única que sabe poner en práctica: “No nos demos por vencidos, nosotros (los migrantes) somos personas muy llenas de amor y debemos dar amor para poder ser recibidos con la misma calidad”, concluye.