Historia
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  • OIM Ecuador

Hoy, 24 de enero, se conmemora el Día Internacional de la Educación y, en este marco, queremos visibilizar la importancia de que las personas migrantes tengan garantizado su derecho a la educación en los países de acogida y de seguir trabajando en acortar las brechas de acceso mediante estrategias de integración socioeconómica que incluyan, entre otras, facilidades para la validación de títulos. A continuación, te contamos su historia.  

Fue en 2018 cuando Isareth llegó desde Venezuela a Ecuador. Vino sin sus padres y sin su hermana, solo con un tío.  

Ella contaba entonces con un nivel de instrucción secundario, al igual que el 66,4% de la población venezolana en el país, según los datos de la última ronda de la Encuesta de Monitoreo de Flujos de Población Venezolana en Ecuador de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), por lo que quería dar el siguiente paso: entrar a la universidad.  

Pero la situación económica que tenía recién llegada a un país nuevo no era la ideal. “El trabajo que había era vendiendo jugo en los semáforos”, recuerda. Y, por otro lado, tenía que empezar el trámite para la homologación de su título de bachiller. “Entonces, yo dije como que bueno, de curso en curso, me voy yendo hasta que logre tener el título universitario”, cuenta Isareth.  

Fotografía: IOM 2024 / Astrid Paz

En ese camino, se inscribió en los talleres que, gracias a la colaboración entre la OIM, la Fundación para el Desarrollo Empresarial (FEDES) y la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), en 2023 se ofrecieron para fortalecer las capacidades técnicas de personas migrantes y de la comunidad de acogida con el fin de impulsar la empleabilidad.  

Allí Isareth se formó en servicio al cliente, entre otras ramas con un enfoque de hospitalidad. “Yo, según, yo había estado trabajando de mesera y decía: como que ya sé, o sea, eso para qué lo necesito. Pero no, sí aprendes. Aprendes a servir bien, a tratar mejor a las personas”, afirma, contenta, de su proceso de aprendizaje.  

Como parte de las capacitaciones del proyecto, junto con los demás participantes estuvieron en un simulacro de entrevista laboral con expertos en talento humano y reclutamiento. Estaba cada vez más preparada, por lo que cuando Isareth fue convocada para una vacante en una joyería, pasó las pruebas y terminó contratada.  

Pero ella tiene más anhelos vinculados a su educación. Quiere desarrollarse profesionalmente en el campo audiovisual y ayudar todavía más a los suyos.  

Se ve “grabando parte de las películas que siempre vemos o estando en un estudio de grabación”. “Me veo así, me veo tomando las mejores fotos”, concluye Isareth mientras le sonríe al futuro al que sus imparables ganas de estudiar, sin lugar a duda, la conducirán.