La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) expresa su profundo pesar por el fallecimiento de Su Santidad el Papa Francisco, cuyo Papado tuvo como características esenciales un liderazgo inquebrantable en defensa de la dignidad humana y de los derechos de las personas migrantes y de las más vulnerables.

Desde el inicio de su Pontificado, el Papa Francisco puso a la migración en el centro de su misión. Su primer viaje fuera de Roma en 2013 lo llevó a Lampedusa, en donde recordó a los migrantes que habían perdido la vida intentando cruzar el Mediterráneo. Allí denunció lo que él llamaba la “globalización de la indiferencia” y urgió al mundo a no ignorar el sufrimiento humano.

En todo su Papado el Papa Francisco llevó la atención mundial al aspecto humano de la migración urgiendo muy consistentemente a todo el mundo a sentir compasión, solidaridad y un sentido de responsabilidad común. En su mensaje en ocasión del Día Mundial de los Migrantes y Refugiados 2018, alentó a la comunidad internacional a darle la bienvenida, proteger, promover e integrar a los migrantes y refugiados. Son principios que constantemente deberían funcionar como una guía moral para la comunidad internacional.

Su voz clara y llena de coraje le recordó al mundo que todos somos humanos y que debemos accionar de inmediato. Su profundo compromiso con la realidad de las personas en movimiento ha dejado una marca indeleble en los esfuerzos de todo el mundo en favor de una migración humana, segura y digna.

La OIM lamenta, junto a la comunidad internacional, la pérdida de esta figura cuyo legado seguirá inspirándonos. Su fuerte compromiso con todas las poblaciones marginadas seguirá siendo un fanal en la lucha en favor de un mundo mucho más compasivo y más justo.